Llevar gafas progresivas puede mejorar considerablemente la calidad visual, sobre todo a partir de cierta edad. Sin embargo, una mala graduación o un centraje incorrecto puede generar molestias persistentes, dificultar la adaptación e incluso provocar problemas de salud ocular. Detectar a tiempo los síntomas y saber cómo actuar es clave para encontrar una solución efectiva.
¿Qué son las gafas progresivas y cómo deben funcionar?
Las gafas progresivas están diseñadas para corregir diferentes distancias focales con una sola lente. Gracias a su diseño multifocal, permiten ver de lejos, a media distancia y de cerca, todo sin necesidad de cambiar de gafas. Para ver bien, la graduación debe ser exacta y la lente debe estar perfectamente adaptada al rostro del usuario.
En condiciones normales, la adaptación a unas gafas progresivas bien graduadas puede tardar unos días, pero no debería provocar molestias intensas. Si sientes incomodidad más allá del periodo de adaptación, es posible que haya un problema con la graduación o con el centrado de las lentes.
Problemas más comunes con gafas progresivas mal graduadas
1. Visión borrosa, mareos y sensación de vértigo
Uno de los primeros signos de unas gafas progresivas mal graduadas es la aparición de visión borrosa, pudiendo afectar a todas las distancias.
2. Problemas de enfoque y adaptación lenta
Si después de varios días sigues teniendo dificultades para enfocar objetos a distintas distancias o necesitas mover excesivamente la cabeza para ver con nitidez, puede deberse a que tus gafas progresivas están mal graduadas o a una lente mal adaptada a tu anatomía facial.
3. Dolor de cabeza y fatiga visual
El uso continuado de unas gafas mal graduadas puede causar dolores de cabeza, presión ocular o sensación de ojos cansados. Estos síntomas se deben al esfuerzo que hacen los ojos para compensar el error en la visión.
¿Cuándo los problemas vienen de una mala graduación y cuándo de un mal centraje ?
Una graduación incorrecta afecta directamente a la potencia de la lente, provocando desenfoques o distorsiones visuales. En cambio, un mal centraje tiene que ver con la forma en que se alinean las lentes con tus ojos. Si los campos visuales no coinciden con tus líneas de visión, es probable que notes molestias al mover la cabeza o mirar por zonas concretas del cristal.
En algunos casos, los problemas con gafas progresivas se deben a una combinación de ambos factores. Por eso, es fundamental acudir a una óptica especializada donde puedan evaluar si el fallo está en la receta, en la lente o en el montaje.
Gafas progresivas mal centradas: causas más frecuentes
Medición incorrecta de la distancia interpupilar (DIP)
La distancia interpupilar (DIP) es la medida que determina el espacio exacto entre el centro de cada pupila. En gafas progresivas, este dato es especialmente relevante, ya que las lentes se diseñan para que el usuario mire siempre a través del punto exacto de corrección. Una medición incorrecta, aunque sea por apenas un milímetro, puede provocar que la visión no esté bien alineada con el centro óptico de la lente, lo que deriva en visión borrosa, dificultad para enfocar o incluso sensación de inestabilidad y mareo. Por eso, es fundamental que esta medición se realice con herramientas precisas y por profesionales cualificados.
Altura de montaje incorrecta
La lente progresiva tiene zonas específicas para cada distancia. Si no se ajusta correctamente la altura, el usuario no verá con claridad en ninguna zona, generando frustración y fatiga visual.
Desajuste entre la montura y tu rostro
No todas las monturas se adaptan bien a todas las fisonomías. Una montura mal elegida puede desplazar la lente respecto a la posición ideal, lo que afecta directamente a la eficacia de las gafas progresivas.
Mala elección del tipo de lente progresiva según uso o actividad
Hay lentes progresivas específicas para trabajar frente al ordenador, conducir o realizar actividades al aire libre. Usar un modelo genérico cuando se necesita un diseño específico puede limitar el campo de visión útil y generar sensaciones de incomodidad o ineficacia visual.
¿Cómo saber si tus gafas progresivas están mal graduadas?
Señales a corto y medio plazo
En los primeros días de uso, es normal experimentar una leve incomodidad mientras los ojos se adaptan. Sin embargo, si al cabo de una semana sigues notando visión borrosa, inestabilidad al caminar o dolor de cabeza, es probable que tus gafas progresivas estén mal graduadas o mal centradas. Otros indicios comunes son los movimientos constantes de cabeza para enfocar correctamente o la dificultad para leer de cerca o ver con nitidez de lejos.
A medio plazo, estos síntomas pueden intensificarse y provocar que evites usar las gafas por incomodidad, lo que supone un problema aún mayor, ya que tu visión no estará correctamente corregida. Por eso es clave detectar las señales cuanto antes y buscar una solución profesional.
Diferencias entre síntomas de adaptación y errores de graduación
La adaptación a unas gafas progresivas correctamente hechas suele durar entre 3 y 7 días. Durante este tiempo, es normal que notes cambios al mover la cabeza o leves dificultades para enfocar, pero sin dolores fuertes ni mareos intensos. Si los síntomas no remiten, o si notas que la visión solo mejora al mirar por un ángulo extraño, probablemente se trate de un problema de graduación o centraje.
También es importante observar si los síntomas desaparecen al volver a tus gafas antiguas. Si te sientes mejor con las anteriores, la nueva graduación o el montaje podrían no ser correctos.
¿Cuánto tiempo tarda el ojo en adaptarse a unas gafas progresivas bien graduadas?
En condiciones normales, la adaptación no debería superar la semana. En personas sensibles, puede alargarse hasta 15 días, pero los síntomas nunca deben ser molestos ni incapacitantes. Si notas mareos, visión borrosa o fatiga persistente más allá de ese plazo, es aconsejable acudir a una óptica profesional para una revisión.
Soluciones ante problemas con gafas progresivas mal graduadas
Acudir a una óptica profesional para revisión personalizada
Una revisión detallada es esencial para detectar si el problema es de graduación,centraje o adaptación. En Óptica Universitaria te ayudamos a encontrar el origen del problema y te proponemos la mejor solución para tu caso concreto, sin coste adicional.
Ajustar la montura o cambiarla si es necesario
Una montura mal ajustada puede afectar a la posición de las lentes. A veces basta con recolocar las varillas o modificar la inclinación para mejorar la visión. En otros casos, conviene optar por una montura más adecuada a tu fisionomía.
Pedir garantía de adaptación o cambio de lentes
Las mejores ópticas ofrecen garantía de adaptación para gafas progresivas. Si no te adaptas a tus lentes tras un tiempo razonable, puedes solicitar un cambio de cristales o incluso la devolución. En Óptica Universitaria te damos todas las facilidades para que veas bien sin renunciar a tu comodidad.
Las gafas progresivas deben mejorar tu día a día, no generarte molestias. Si notas síntomas persistentes o no consigues adaptarte a ellas, lo más probable es que exista un problema de graduación o montaje. No lo dejes pasar: cuanto antes lo detectes, más fácil será solucionarlo.En Óptica Universitaria te ofrecemos una amplia selección de gafas graduadas y gafas progresivas de total garantía y un asesoramiento profesional personalizado. Ven a revisar tu vista y descubre cómo disfrutar de una visión cómoda y sin límites puede mejorar tu día a día.
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