Si usas lentes de contacto con frecuencia, es probable que en algún momento te hayas enfrentado a la siguiente situación: al llegar a casa o despertarte por la mañana, descubres que no tienes líquido de lentillas. Ante esta circunstancia, es fundamental actuar con precaución y evitar improvisaciones que puedan afectar la salud ocular. Aunque existen algunas alternativas temporales, el líquido específico para lentillas sigue siendo la opción más segura y recomendada. A continuación, te contamos qué puedes hacer y, sobre todo, qué deberías evitar cuando no tengas líquido para tus lentillas.
¿Por qué es importante el líquido de lentillas?
El líquido de lentillas no solo sirve para almacenarlas; es una solución multifuncional que limpia, desinfecta, humecta y conserva las lentes en condiciones óptimas. Está diseñado para eliminar depósitos de proteínas, microorganismos y partículas que se adhieren a la superficie de la lentilla con el uso diario.
Sin una desinfección adecuada, el riesgo de infecciones oculares aumenta considerablemente. La exposición de las lentillas a medios no estériles puede facilitar la aparición de conjuntivitis, queratitis u otras complicaciones que podrían evitarse con un buen mantenimiento.
Además, el líquido de lentillas ayuda a mantener su flexibilidad y comodidad. Una lente mal hidratada puede volverse rígida, dificultar su colocación o provocar irritaciones. Por eso, usar siempre un líquido específico para lentillas blandas o líquido para lentillas rígidas según el tipo de lente es clave para prolongar su vida útil y cuidar tu salud visual.
Es importante saber que no todos los líquidos de lentillas son iguales. Existen líquidos para lentillas blandas, que suelen ser más delicadas y requieren fórmulas que hidraten en profundidad y mantengan su flexibilidad. Estas soluciones suelen incluir agentes humectantes y limpiadores suaves que eliminan proteínas sin dañar la superficie de la lente, garantizando una sensación cómoda durante todo el día.
Por otro lado, también hay líquido para lentillas rígidas, con una capacidad de limpieza más intensiva y una formulación adaptada a su material. Este tipo de líquidos suele incluir componentes que favorecen la humectación sin afectar la rigidez necesaria para una visión precisa, asegurando tanto la comodidad como la higiene diaria.
Alternativas seguras si no tienes líquido de lentillas
Suero fisiológico: ¿es una opción segura?
El suero fisiológico puede ser una solución provisional aceptable solo para enjuagar las lentillas, pero no sirve como sustituto del líquido desinfectante. Al no contener agentes antisépticos, no elimina los microorganismos que se acumulan en las lentes, por lo que no es seguro usarlo para guardar las lentillas durante la noche.
En caso de urgencia, puedes utilizar suero fisiológico para retirar residuos visibles, pero siempre deberás desinfectar las lentillas con un líquido adecuado antes de volver a ponértelas. Así que, si te preguntas qué hacer si no tienes líquido de lentillas, recuerda que el suero es un apoyo momentáneo, no una solución completa.
Agua y sal: ¿es recomendable?
Muchas personas creen que preparar una solución casera de agua y sal puede reemplazar el líquido de lentillas, pero esta práctica no es segura. El agua del grifo no es estéril, y aunque esté hervida, puede contener microorganismos como la Acanthamoeba, causante de infecciones graves en la córnea.
Además, la sal común no reproduce las condiciones de los líquidos oftálmicos. Usar una mezcla casera puede alterar el pH, provocar irritaciones o incluso dañar permanentemente la lentilla.
Otras alternativas temporales
En situaciones de emergencia, cuando no tienes acceso inmediato a tu líquido habitual, es importante optar por soluciones que no comprometan la salud ocular.
Una opción válida es acudir a una farmacia cercana para comprar una solución única específica para tu tipo de lentilla, ya sea para lentillas blandas o rígidas. Hoy en día, también puedes comprar online con recogida en tienda en lugares como Óptica Universitaria, evitando así largas esperas o desplazamientos innecesarios.
Por último, si debes salir de casa y no puedes llevar las lentillas puestas, usa tus gafas graduadas como alternativa. Aunque no sea tu opción preferida, preservar la salud de tus ojos es siempre la prioridad, y volver a usar las lentillas solo cuando estén correctamente desinfectadas es lo más seguro.
Qué NO hacer si no tienes líquido de lentillas
No uses agua del grifo para enjuagar o guardar las lentillas
El agua del grifo puede contener microorganismos como bacterias o amebas que, aunque sean inofensivos al ingerirse, pueden causar infecciones graves si entran en contacto con el ojo. Aun si está hervida, no es un entorno estéril apto para lentes de contacto.
Guardar las lentillas en agua corriente o embotellada no solo aumenta el riesgo de contaminación, sino que también puede alterar la forma de la lente, haciendo que se vuelva incómoda o incluso dañina al volver a usarla.
No improvises soluciones caseras con sal o colirios
Utilizar colirios o preparar mezclas con sal en casa como alternativa al líquido específico es totalmente desaconsejado. Estos productos no están diseñados para limpiar ni desinfectar lentes de contacto, y su uso puede causar irritación ocular, visión borrosa o infecciones.
Además, este tipo de prácticas pueden deteriorar la superficie de la lente o alterar su estructura. Si necesitas limpiar tus lentillas, espera a tener un líquido apto y no arriesgues tu salud visual por una solución rápida.
No reutilices líquido usado
Reutilizar líquido del estuche o mezclarlo con nuevas soluciones es otro error común. El líquido usado ya ha perdido su capacidad desinfectante y puede contener bacterias acumuladas del uso anterior.
Este hábito aumenta el riesgo de infecciones oculares, especialmente si se repite de forma habitual. Siempre debes utilizar líquido nuevo, siguiendo las instrucciones del fabricante y renovándolo por completo en cada limpieza o almacenamiento.
No uses líquidos para otros fines médicos u oculares
Es un error pensar que productos como colirios, suero fisiológico para uso nasal o gotas oftálmicas pueden sustituir al líquido de lentillas. Aunque estén destinados a los ojos o sean estériles, no están formulados para limpiar, desinfectar ni conservar lentes de contacto.
Estos líquidos carecen de agentes antimicrobianos necesarios para eliminar bacterias y proteínas, y su uso inadecuado puede provocar irritaciones o reacciones adversas en la superficie ocular. Solo los productos específicos para lentillas garantizan una conservación segura y eficaz.
A modo de conclusión, lo ideal es no volver a utilizarlas hasta disponer de una solución específica para lentillas, ya que solo así podrás limpiarlas y desinfectarlas correctamente antes de volver a ponerlas en contacto con tus ojos.
En Óptica Universitaria puedes encontrar una amplia gama de líquidos para lentillas blandas y líquidos para lentillas rígidas, disponibles online o con recogida en tienda, para que nunca tengas que improvisar con la salud de tus ojos. Cómpralas al mejor precio y disfruta de una visión cómoda, segura y sin preocupaciones cada día.
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