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¿Es normal notar las lentillas en el ojo? Síntomas de rechazo y molestias

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Sentir una ligera presencia al ponerte las lentillas puede ser habitual durante los primeros usos, pero si la sensación persiste o resulta molesta, conviene revisar si hay un problema de ajuste, higiene o adaptación. No todas las molestias indican un rechazo, pero tampoco deben ignorarse. Conocer las causas y saber distinguir lo normal de lo anómalo es clave para disfrutar de una visión cómoda y segura.

¿Deberías sentir las lentillas una vez puestas?

En condiciones normales, una lente de contacto bien adaptada no debería notarse. Tras los primeros minutos de uso o la fase de adaptación inicial, lo ideal es que el ojo se acostumbre y la presencia de la lentilla pase desapercibida. Si no es así, puede haber un problema relacionado con la forma de tu ojo, la calidad del material o el estado de la lente.

Qué se considera normal al usar lentillas

Es normal notar una sensación leve de cuerpo extraño durante los primeros días, especialmente si es tu primer contacto con lentillas. También puede ocurrir una ligera sequedad al final del día o con ambientes con aire acondicionado, pero siempre deben ser molestias pasajeras, nunca dolor, escozor intenso o visión borrosa constante. Para tu tranquilidad, no es síntoma de rechazo que notes las lentillas.

Adaptación inicial vs. molestias persistentes

Durante la fase inicial, que suele durar unos días, el ojo se adapta a la presencia de la lente. Esta etapa puede incluir una sensibilidad leve a la luz o una sensación mínima de roce. Sin embargo, si las molestias persisten más allá de este tiempo o empeoran con el uso diario, es importante consultar con un óptico-optometrista. Una mala adaptación, problemas de curva base o incluso reacciones alérgicas pueden ser las causas detrás del malestar continuo.

Diferencias entre tipos de lentillas (diarias, mensuales, blandas, rígidas)

  • Lentillas diarias: más finas, cómodas y desechables, ideales para ojos sensibles.
  • Lentillas mensuales o quincenales: requieren mantenimiento y limpieza diaria, pero resultan más económicas para uso continuado.
  • Lentillas blandas: fabricadas con materiales hidrogel o silicona, se adaptan bien a la forma del ojo.
  • Lentillas rígidas (gas permeables): requieren mayor adaptación, pero ofrecen buena visión y durabilidad en ciertos casos.

Principales causas por las que se notan las lentillas

Mala colocación o centrado incorrecto

Una lente del revés o mal colocada puede moverse, provocar visión borrosa o una constante sensación de cuerpo extraño. Es importante asegurarse de que esté bien centrada sobre la córnea. Si notas molestias al parpadear o visión irregular, retira la lente, límpiala correctamente y vuelve a colocarla con cuidado.

Lentillas dañadas, sucias o caducadas

Las lentillas deben revisarse antes de cada uso. Una pequeña rotura, un borde irregular o una acumulación de residuos puede alterar la experiencia de uso. Usar lentillas caducadas o sin la solución adecuada aumenta el riesgo de molestias y posibles infecciones. Si una lente parece en mal estado, lo mejor es desecharla.

Problemas de graduación o curvatura inadecuada

Cada ojo es único, y no todas las lentillas sirven para todos los usuarios. Si la lente tiene una curvatura o un diámetro que no se ajusta correctamente a tu ojo, puede provocar incomodidad constante o incluso visión borrosa. Un ajuste personalizado es esencial para garantizar comodidad y seguridad.

Ojos secos o con escasa lubricación

Algunas personas tienen una producción de lágrima natural más baja, lo que puede hacer que las lentillas resulten incómodas. También influye el entorno (uso de pantallas, calefacción, aire acondicionado…). En estos casos, el uso de lágrimas artificiales y lentillas con mayor hidratación puede marcar la diferencia.

¿Qué es el rechazo a las lentillas?

¿Puede el ojo rechazar una lente de contacto?

Sí, aunque no es común. El ojo puede desarrollar una intolerancia progresiva a las lentes de contacto, especialmente si ha habido infecciones previas, uso excesivo o una mala higiene en su manipulación. El rechazo de una lentilla no implica necesariamente una alergia, pero sí una reacción de incomodidad constante que impide el uso continuado.

¿A quién le pasa con más frecuencia?

El rechazo de lentillas es más habitual en personas con ojos muy secos, con antecedentes de alergias o que han utilizado lentillas durante muchos años sin descansos ni revisiones periódicas. También puede ocurrir en usuarios nuevos si no se elige el tipo de lente adecuado o no se siguen las indicaciones del especialista.

¿Se puede desarrollar con el tiempo?

Sí. Incluso quienes han usado lentillas durante años sin problema pueden empezar a notar molestias o rechazo, sobre todo si cambian de tipo de lente, sufren cambios hormonales o condiciones oculares como blefaritis. Por eso es importante realizar revisiones ópticas frecuentes y estar atentos a cualquier cambio en la comodidad o visión.

Síntomas de rechazo a las lentillas que debes vigilar

Picor, ardor o sensación de cuerpo extraño

Si al usar tus lentillas sientes picor persistente, ardor o una molestia similar a tener arena en el ojo, es posible que haya un problema de adaptación o una reacción al material. Estas sensaciones no deben prolongarse y pueden indicar desde una mala colocación hasta el inicio de una reacción más seria.

Lagrimeo constante o dificultad para parpadear

El exceso de lágrimas es un mecanismo de defensa del ojo ante un elemento que considera irritante. Un lagrimeo continuo o la sensación de que parpadear no alivia la molestia pueden ser señales de que la lente no se está tolerando bien o que está desplazada.

Visión borrosa o fluctuante

Las lentillas deben ofrecer una visión clara y estable. Si notas que la nitidez cambia al parpadear, se vuelve borrosa o parece moverse, podría deberse a una lente mal ajustada, dañada o con la curvatura incorrecta. Este síntoma también puede ir acompañado de incomodidad física.

Enrojecimiento o inflamación ocular

El enrojecimiento ocasional al final del día puede ser normal, pero si aparece de forma repentina, es intensa o va acompañada de inflamación, puede ser un signo de infección o rechazo. Es fundamental no ignorar este síntoma y actuar cuanto antes.

Fotofobia o sensibilidad a la luz

Una mayor sensibilidad a la luz (fotofobia) al llevar lentillas puede deberse a una alteración en la superficie del ojo o una lente defectuosa. Si te molesta más la luz de lo habitual o te cuesta mantener los ojos abiertos al sol o con pantallas, es recomendable retirar la lente y consultar a un especialista.

¿Qué hacer si sientes molestias con las lentillas?

Cuándo quitártelas de inmediato

Si notas dolor, visión borrosa persistente, enrojecimiento intenso o cualquiera de los síntomas anteriores sin mejora tras unos minutos, debes quitarte las lentillas inmediatamente. Seguir usándolas podría empeorar la situación y dañar la superficie ocular.

Revisión de la lente: limpieza, integridad y caducidad

Antes de desechar la lentilla o alarmarte, revisa:

  • Estado físico: asegúrate de que no tenga roturas, pliegues o bordes irregulares.
  • Limpieza: comprueba que no tenga residuos, polvo o restos de maquillaje.
  • Caducidad: verifica que no hayas superado la fecha de uso recomendada.
  • Solución utilizada: nunca uses agua del grifo o soluciones caducadas.

Consulta con tu óptico u oftalmólogo

Ante cualquier duda o molestia persistente, lo más seguro es acudir a tu óptico-optometrista o a un oftalmólogo. Una revisión a tiempo puede detectar si necesitas cambiar el tipo de lentilla, adaptar la graduación o seguir un tratamiento específico. No ignores las señales de tu ojo: tu salud visual está en juego.

Cómo prevenir el rechazo o molestias con las lentillas

Elegir el tipo de lentilla adecuado para tu ojo

No todas las lentillas se adaptan igual a todos los ojos. Factores como la curvatura corneal, la sensibilidad ocular o el tipo de lágrima pueden influir mucho en la comodidad. Por eso, es fundamental seleccionar el modelo más compatible con tus necesidades, siempre bajo la recomendación de un profesional de la visión.

Cumplir el tiempo de uso recomendado

Respetar los tiempos de uso diarios y el calendario de reemplazo es clave para evitar problemas. Prolongar su uso más allá de lo indicado puede aumentar el riesgo de irritación, infecciones o sequedad ocular. Cada tipo de lente tiene su propio límite, y seguirlo te protege de contratiempos.

Uso de lágrimas artificiales o soluciones específicas

En ambientes secos o tras muchas horas con lentillas, es habitual que el ojo pierda hidratación. Utilizar lágrimas artificiales compatibles con lentes de contacto ayuda a mantener una buena lubricación y previene molestias como escozor o sensación de arenilla. También es importante usar soluciones de mantenimiento adecuadas si las lentillas no son diarias.

Revisiones periódicas de salud visual

Aunque te sientas cómodo con tus lentes, revisar tu visión de forma regular es esencial. Un control anual permite detectar cualquier cambio en tu graduación, en la forma de tu córnea o en la tolerancia a ciertos materiales, garantizando así un uso más seguro y efectivo de tus lentillas.

Alternativas si no toleras bien las lentillas

  • Cambiar de tipo o marca de lente: Si sientes molestias recurrentes, puede que el material, la curvatura o el diseño de tus lentillas no sean los más adecuados para ti. Existen opciones específicas para ojos sensibles, con mayor permeabilidad al oxígeno o superficies más suaves. Probar otra marca o tipo —con el asesoramiento de un óptico— puede marcar la diferencia.
  • Alternar con gafas de descanso: Usar gafas durante parte del día o en momentos concretos (como en casa o antes de dormir) permite a tus ojos descansar y mantenerse hidratados. Alternar entre gafas y lentillas reduce el tiempo de uso continuado y ayuda a prevenir irritaciones o fatiga ocular.
  • Consultar opciones de orto-k o cirugía refractiva: Si buscas una solución más duradera o definitiva, puedes valorar alternativas como las lentes Orto-K, que se usan por la noche para moldear la córnea y ver bien durante el día, o la cirugía láser para corregir tu graduación. Estas opciones requieren una valoración previa por parte de un especialista, pero pueden ser una buena alternativa si las lentillas no se adaptan a ti.

¿Notas molestias frecuentes al usar lentillas? En Óptica Universitaria podemos ayudarte a encontrar la opción que mejor se adapta a ti. Descubre nuestra gama de lentes de contacto y reserva tu revisión en cualquiera de nuestras ópticas físicas.

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