Quizás te haya pasado alguna vez,
¿conoces esa sensación de cruzarte con algo inesperado?
Algo que..., de repente, te sorprende.
No puedes quitártela de la cabeza.
Lo inunda todo. Lo transforma todo.
Eso que sientes... se llama descubrir.
Sin esperarlo, doblas la esquina y todo cambia.
Vuelves a tener cinco años y las ganas de saber son más fuertes que el deseo de seguir con tu rutina.
Es el momento en el que la oscuridad se vuelve luz
y el ruido se convierte en melodía.
Descubrir es sorprenderse.
Es enamorarse.
Es admirar.
Es envidia de la buena.
Es adictivo.
Lo mejor de esta vida es todo lo que te queda por descubrir.